La vida política es un
atroje de intereses partidistas que pone de relieve el escaso interés por la globalidad del país. Ese es un mundo de conveniencias que aporta brillantez a
la utilidad y provecho para oportunistas calculadores. Un desafuero al sentido
común y honestidad. Hay excesiva desmesura en este colectivo que propaga la
peste de la ruina. Y además procuran no asentarse en la eventualidad para
macerar principios cuyos fines se basan fundamentalmente en la bicoca, sinecura
y canonjía. O lo que es igual el apocalipsis de lo integro. Y con las cenizas
de lo ético y probo, apago el fuego.
A propósito del mundo de conveniencias del que hablas.La estupidez humana no es física, es neuronal y el que tiene la neurona de la estupidez activada, también tiene la neurona de la imbecilidad y la mamarrachería que son primas hermanas de la primera. Cuando se activan simultaneamente esas tres neuronas surge el tonto integral cuyo grado de tonteria se acrecienta con el tiempo. Yo concozco unos cuantos de esos integrales y, creame, son peor que la carcoma. Lo que hay que ver es donde están, saber diferenciar y discernir, elegir bien y tratar de que estos, si están en el grupo de los "elegidos", no nos mal gobiernen. Esa es la cuestión.
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