La situación que tiene el PP
no es cómoda para afrontar las próximas elecciones Municipales, su ego de poder lo envuelve en la
certidumbre de no perderlo. Y
está más cerca de la incertidumbre y asomarse a la realidad que lo puede
alejar. Y es curioso que se lleve mal con todos los contendientes a la batalla,
sin ni siquiera pensar que la alianza
con alguno podría mantenerlo donde está. Claro está que sería mucho pensar,
pero cuando no se piensa, quizá sea otra la solución. El distanciamiento y la
arrogancia, que tiene patentado el PP, puede ser el adiós de un modelo
caducado.
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