El pueblo está de fiesta
y charanga, ¿amansará el hambre y la sed de justicia? El pueblo es siempre
sabio, y hasta derecho tiene a equivocarse. Al menos que viva unos días entre
música, tracas y olor a pólvora. Durante
el año vivimos entre el
polvorín y el olor a incienso. Las fallas aportan vida, aunque sea efímera.
Y con la vista puesta en la primavera, asistiremos al nacimiento de nuevas
vidas para que lo eterno tenga fundamento.
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