Hablando con Alfred Costa me
sorprende el grado de seguridad con el que se mueve en su delegación y, sobre
todo, el sentido de profesionalidad que aplica a cada cosa. Se nota
experiencia, decisiones responsables y actitudes de un dominio que no son
propias de un recién llegado. Cuando alguien en el escaso tiempo que lleva está
al margen de la duda, no hay vacilación posible del acierto de quien ha
decidido que ocupe ese puesto porque garantiza la estabilidad y mejorará el
funcionamiento del departamento que dirige.
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