Sigue el enfrentamiento
entre la Cataluña de PUJOL y la España de la GÜRTEL. Dos posturas
irreconciliables empeñadas en enterrar el diálogo, reivindicar el derecho a
decidir de los pueblos y ver la actitud de soberbia y arrogancia del que se
cree superior y menosprecia a los demás. Que no se abran cárceles, que no se
caven tumbas y que impere común de los sentidos.
La España nuestra de envidias, vulgaridad y bananera.
ResponderEliminarSonroja ver a esta ESPAÑA de mediocridad y de gobernantes en el esplendor de la miseria.
ResponderEliminarCausa vergüenza ver el país en la bancarrota del sentido común y tercermundista.
ResponderEliminarLos FAS han colgado la bandera de España en el balcón. Fachas hasta la médula. Esta gente sobra en el partido.
ResponderEliminarAl anónimo 1 de octubre de 2017, 2:39: esta familia y otras del mismo pringue son las que apoyan a María José Catalá. Lo rancio de lo rancio.
EliminarLo fresco y lo novedoso es Amparo Folgado.
EliminarPolíticos sin talla y sin alma.
ResponderEliminarSomos la risa del mundo. Rajoy no tiene razón y a los catalanes no se les puede quitar. LOS PUEBLOS TIENEN DERECHO A DECIDIR.
ResponderEliminarSon dos gobiernos irresponsables. El país no se merece estos gobernantes de farsa.
EliminarRajoy debe abdicar. No tiene salida.
ResponderEliminarCataluña y España arrastrando las miserias para que las vea el universo entero.
ResponderEliminarNO SE PUEDE ADMITIR EN PLENA DEMOCRACIA EL PALO Y TENTE TIESO. ES UNA ABERRACIÓN QUE GENERARÁ CONSECUENCIAS DIFÍCILES DE PREVER.
ResponderEliminarUn régimen político que no ha logrado impedir, ni por las buenas, ni por las malas, ni con el diálogo, ni con las amenazas, ni con la ley y los jueces, ni con la Policía y la Guardia Civil, lo que, en el mejor de los supuestos, será un monumental bochorno colectivo, es evidente que ha dejado de constituir un marco útil para afrontar los problemas de la sociedad española.
ResponderEliminar1 de octubre: día de la muerte de la Constitución de 1978.
ResponderEliminarQue en paz descanse.
EliminarLos gobernantes han echo posible dividir al pueblo y es algo que no se les puede perdonar. Un atajo de impresentables.
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