Tiempos
difíciles que emanan de comportamientos poco éticos e inmorales. Digamos que es
el huracán de la impudicia patente inequívoca de malversadores de la honradez. La mayoría de misa, procesión y cirio en mano. ¡Santo Dios! La consecuencia de estos abusos sistemáticos calienta
al pueblo, se echan a la calle, piden ser libres y no rehenes de carceleros que
deberían ser reclusos.
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