Después del pleno de ayer,
sus señorías deben tomar nota y modificar el actual sistema para evitar el
sopor y tedio y habilitar más dinamismo y agilidad a los mismos. Deben
intervenir con más frecuencia los concejales del Gobierno y no ser siempre
Andrés Campos el bombero de los fuegos de otros. Con la actual fórmula no
invita a los ciudadanos a su presencia y debilita la esencia democrática. Y
tienen que aprender a practicar la facundia, la lectura y evitar el sonrojo del
folio. Cuando se genera vergüenza ajena la dignidad queda agraviada.
No hay sentido del ridículo y como dice el refrán: "vaya yo caliente ríase la gente"
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