Querer permanecer
en cargos públicos con el titulo de analfabetos es una cuestión que muchos se
debaten porque nunca entenderán la cita de Calvo Sotelo: “Más vale morir con
honra que vivir con vilipendio”. Poseídos del “delirium tremens”, tratan de
preservar ese mundo circense a sabiendas de la severa crítica, de la
carcajada colectiva y de ser
identificados como auténticos payasos. Algunos deben reflexionar, utilizar la
sensatez y tutelar el decoro y la coherencia.
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