Al día de hoy no hay
pretexto para que el pueblo siga en un estado de anestesia que induce a pensar
en una sociedad beligerante ante el clamor de intereses partidistas y
personales. La lucha por el sillón quita el disfraz de ansiedades que unos y
otros no ocultan. “Ningún pueblo merece
ser libre: si es esclavo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario