El salón de Plenos de
Torrent se ha convertido en tanatorio porque lo que allí se ve es, salvo
excepciones, auténticos cadáveres. Algunos políticos hacen de la ausencia la
presencia inequívoca del que muerto no vive. Insultante. Otros se rayan en sus exposiciones que leen sin saber
para hacer gala de la supremacía de la ignorancia y otros votan mociones sin
saber lo que votan. Y, por último, algunos levantan la mano en el turno de
ruegos y preguntas para saborear su minuto de gloria y dejan el halo de insuficiencia en mayúsculas.
Le asiste la razón maestro y estamos ante una amalgama de políticos que causa estupor verlos y escucharlos. Es un ciclo de vividores y de desconocimientos de alta gama.
ResponderEliminarAhí tenemos a Raúl Pitagoras que usted apodo con acierto que es un lastre de magnitudes ilimitadas. No es político, no sabe y lo que es peor complicado de que aprenda. Únase al Sr. Beenlloch que es un prescindible de la vida política. Si tuviern algo de sentido común los dos se marcharían a casa sin perjuicio de que se fueran otros.
Será cuestión de montar una funeraria porque sería un buen negocio. En el mundo político del pueblo no se salva ni el apuntador.
ResponderEliminarSi, cadáveres.
ResponderEliminarMal el Sr. Ros con la Sra. que reclamaba más atención en las CUMBRES DE CALICANTO porque merecía más atención de la que tuvo.
ResponderEliminarTal tristeza se apodera de la política local, que es la que nos ocupa. Vergüenza no tienen, eso está claro. Salvador Benlloch sabe de sus deficiencias y finalmente se acomodó a la poltrona. Sus propuestas son de risa y sabe que hace más daño que gloria a su partido. Por favor, no sé si "está muerto" o simplemente va a los plenos "de parranda", como decía la canción, pero que alguien le diga que se marche porque tristeza da, mucha.
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