Es la mañana
tranquila de un mes de Febrero generoso con el tiempo, el sol hace que la
temperatura sea compañera del paseo y se convierta en el epicentro
de paseantes ansiosos de combatir el colesterol y compartir las noticias
que llegan del epidémico “coronavirus”. La mañana cálida invita también a reposar en un banco y leer
algún libro para no perder hábitos saludables. La lectura es la mejor trinchera
para combatir el dolor de la ignorancia y refugiarse en un mundo que define el
sentido común de quien pasa página de inoperantes desidias. Es, en definitiva,
amueblar la estantería de la cabeza y hacer que la memoria tenga vida propia.
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