La muerte es la
consecuencia de haber vivido. El paseo de la vida es breve aun viviendo muchos
años. Después de la muerte te regalan lo eterno para evitar quejas posteriores.
El estado de reposo y la paz que encuentras sin buscarla es otro regalo envenenado
que invita a sublevarse. Silencio. Tanta quietud aturde y solo la fe es capaz
de mover lo inamovible para que todo siga inmóvil. He puesto la mente en
cuarentena para que en esos viajes inhóspitos deje la perseverancia tratando de
alcanzar lo que nunca logra. Hay calma, silencio que abruma y el viento en
periodo vacacional. Nada se mueve.
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