domingo, 28 de febrero de 2016

LO AMARGO Y DULCE

Se hielan las palabras, las letras, aflora la neumonía política y  emergen días propios para el relax y la lectura. Nada mejor que la poesía para atemperar fríos y sentir el escalofrío de lo único. Leo algunos versos del estadista y poeta Solón y entierro la vulgaridad diaria de renglones viciados de rusticidad. Hurgando me encuentro con un mundo desconocido donde habita la esencia de ilustres pensadores que hacen las delicias del ignorante y cuyo hallazgo amargo es a su vez un fruto dulce. Para no establecerme en moradas de altiplanicie, me salgo del deleite de ese vértigo y regreso al mundo primario donde tengo mi residencia. En esta chabola de las letras me alumbra la luz del candil, recuerdos para que la memoria viva y atenúo el frío con el calor de tu mirada. Hasta mañana. 

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