Congreso, regeneración e
imagen y sonido nuevos. Adiós a vestigios de un colectivo que
deja para la historia el esplendor de la corrupción, la honestidad desnutrida,
famélico el sentido común, y la dignidad en parihuelas. Adiós a una derecha
incapaz de ver su imagen borrosa del descrédito, remendada la decencia y
descosido el prestigio y la reputación. Le hace falta a este partido frescura,
el rocío de la mañana, quitarse el moho de antaño y estar en la oposición.
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