lunes, 15 de febrero de 2016

SIN ESPERANZA

El Partido Popular se queda sin lo último que se pierde, la esperanza y, el Capitán del TITANIC popular en el ojo del huracán de tirios y troyanos. Antes del naufragio, la tripulación se pone el salvavidas tratando de buscar la salvación del maremoto de la corrupción. Difícil está salir a flote porque en mitad de la nada de este partido hay de todo: ideas ancestrales, que, respetadas, chocan con una época en la que están desubicados, aforados a la indolencia, trasnochados, afines al retroceso y en el aldeanismo del progreso. España necesita ver y palpar la regeneración de la vida política y liberar al pueblo del yugo de la pobreza, de los parados, dependientes y para que nadie sea diferente, la igualdad. Lo que no necesita este país es a un Mariano Rajoy contemplativo, quimérico, remolón y con hedor a cadáver político. 

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