Mariano
el pastor ha permitido que la manada traspase la linde de la honestidad y haya
devorado el pasto del pueblo. Mariano el protector, del rebaño, garrota en mano
y abstraído, consiente allanar latifundios privados en tal de que la recua no
se prive de nada y el ciudadano se prive de todo. No codiciarás bienes ajenos.
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