El mundo de la política es
tan complejo como sencillo. El Alzhéimer en la historia política no existe
porque como decía Mario Benedetti: “el olvido está lleno de memoria”. Nacido
en Mira, conozco a la perfección el rojo y el azul de un mundo sectario que
desemboca en un fanatismo que hace posible la intransigencia y una forma de
vida que arruga el sentido común. Por lo visto, 80 años no son suficientes para
curar heridas y aliviar desazones que con el tiempo perduran. Azules y rojos,
lo mismo da que lo mismo tiene, viven mirándose de reojo, en el desierto de la
tolerancia y en la periferia del mundo en cuyo ecosistema está habilitado el
refugio de la sin razón. Termino con
esta frase que le escuché a una vecina de Mira y amiga que resume el reverso
del anverso de su pueblo y el mío: “Me gusta la jaula pero no los pájaros que
hay dentro”. Semejante opinión hace pensar que era licenciada en conocimientos
de la tierra y uno, que es un lego, solo cabe respetarla. Descansa en paz
querida amiga.
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