El revolucionario FIDEL
CASTRO murió, no sin antes aniquilar el derecho fundamental de la
persona: La libertad. La opresión ha formado parte durante muchos años
para convertirlo en un dictador consagrado que prometió el paraíso terrenal y
deja a su pueblo en el desierto de las miserias. No sucumbió ante Estados
Unidos y su pueblo vivió al margen de la dignidad y los derechos humanos.
Descanse en paz el combativo Comandante y que el pueblo Cubano deje de ser
embargado por un mundo moral que no existe.
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