Las personas que practican
el fanatismo
viven en la certeza de que ese es el mundo que pensó Yaveh para que,
seres tan estupendos como ellos, proclamen al mundo el absolutismo, el
autoritarismo y el totalitarismo, y puedan ser adorados en hornacinas. Produce
tristeza su existencia y ver como ejercen la sin razón para que sean
inconfundibles. En la derecha, el cupo es alto y la izquierda, no llega
a esa altura.
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