Si los políticos no son
capaces de utilizar el sentido común y aplicarlo a la actual situación que se
vive de perentorias necesidades, es que carecen de sensibilidad y sentido de la
responsabilidad. Hemos visto como la pobreza energética mata y hemos sido testigos
de desahucios que congela el alma. Conscientes somos que la ley de la
dependencia no se paga y como el paro es el abanderado de muchos dramas. Habrá
que pensar en una mejor racionalización del dinero público y no malgastar en
cosas que no tienen sentido y que forman parte de conductas habituales. EL
PAN ES SAGRADO. Lo que no es sagrado son políticos con el mérito del
aprendizaje.
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