Hay a quien le molesta
volver la vista atrás y darle un repaso a la historia. Siempre es bueno
conocerla, saber que deparó y aprender a no repetir las cosas siniestras que
dejaron sangre, sudor y lágrimas. Aunque
en este país abunda en exceso el analfabetismo en esta materia. La historia
no se puede borrar con una goma y tampoco le obligan a nadie a conocerla. He
aquí que a mí me gusta adentrarme por esos mundos inhóspitos de rojos y azules
por si encuentro el color violeta
que purifica la mente y conecta con la paz y el equilibrio. Volveré otro día.
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