A tenor de lo que veo en la
vida política tengo la sensación de que nací viejo y moriré joven. Nací viejo
porque en aquella época no era consciente de lo que significaba la guerra, la
postguerra y la dictadura. Hoy, con una “brizna” de luz en la mente, me percato
de otras dictaduras, de la vida breve de la honestidad, de la bajeza moral de
la desigualdad, del trato vejatorio del Gobierno con los pensionistas, de
dependientes desamparados y de atrofiadas mentes de políticos exiguos de
moralidad y talento. Una farsa con mayúsculas. Mes del aniversario de la República.
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