Pasadas las manifestaciones en el Congreso y desde la serena
calma, me parece que la carga de la brigada no ligera, estuvo en el clímax del
error. Soltar porrazos de forma indiscriminada no es el mejor camino para
conseguir sosegar al pueblo. Y más allá de que las mismas fueran legales,
ilegales, o alégales, utilizar la razón de la fuerza, es perder la
razón. Cuando el pueblo protesta de forma justa,porque razones tiene
para ello, no es admisible que las fuerzas del orden pierdan el juicio y
sean cómplices del desorden. Bastante paciencia tiene el pueblo, como para
encima pegarle palos. Un auténtico despropósito.
Como en los tiempos franquistas.
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