martes, 12 de febrero de 2013

BENEDICTO XVI


El acto de renuncia al sillón de PEDRO de Benedicto XVI, se enmarca en el más amplio modelo de sencillez y humildad. Un gesto que hace de la ética, conciencia y moral, la grandeza de ser honesto. Lo infrecuente de la historia, deja para pontífices  de la política, la  formula ejemplar del tiempo del adiós, para no caer en la tentación del destiempo, lo no ético, moral y deshonesto. La historia no renunciara a asentar en ella el decoro de un Papa que no renuncio a ser humano.

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