lunes, 25 de febrero de 2013

RUBALCABA


Rubalcaba asentado en épocas donde quedo embargada la seriedad y el sentido de la  responsabilidad, encontró en el Estado de la Nación la puerta de salida de un político apocado al nostálgico deambular de un Socialismo en la espiral del más rotundo fracaso. No será un  político indeleble, más bien vano y desatinado. Un político establecido en la artimaña para que la incontestable verdad no cobije al que miente.  Y en el adiós del decaído político, un alud de silencio para evitar el ruido del aplauso.    

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