Espionaje, estado policial y la espiral del finiquito de la democracia. No es el MÉTODO. Mientras estoy a favor de la España constituyente, para ser espectador de la diluyente. Esta España ataviada del descrédito permanente, necesita nuevos políticos legitimados en la moralidad, honestidad, y asentados en la ética de los principios. Hay que impetrar fines que evadan actividades al amor de la propia conveniencia. Y acabar con gobernantes que hacen de las arcas públicas, el expolio de la dignidad.
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