Congresos, Asambleas, el exministro Caldera hoy en Torrent, y
las sectas fieles a principios en vigor se someten a la triste obediencia
debida. Lo debido sería no escuchar a moribundos, ni a embaucadores de
catástrofes. Y no cabe lamentarse de situaciones que sostenemos todos. Ni mucho
menos del aplauso de los damnificados a los masacradores del pobre. La
ignorancia en el apogeo del depredador de la palabra. Y todos callados
asistiendo a la verdad que engaña. Y además satisfechos. Y camino de casa iremos
comentando lo bien que hablan y la razón que tienen. ¡Qué país!
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