La partida está encima de la
mesa: Ros-Campos, as y full. Unos idolatrando a Ros (el único remedio que les queda para la supervivencia) es el mundo
colateral que le rodea con la insuficiencia moral por los suelos, se sacrifican para no ser sacrificados con
aptitudes que producen vergüenza ajena, es un mundo autista. Otros tratando
de evitar la guillotina de su eventual líder. Y nadie, y es obvio, se da cuenta de que el pueblo existe. No podemos permitir a los ausentes estar
aforados al narcisismo. Si no entienden
que el ciudadano es lo primero, ellos serán los últimos.
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