Hoy la actualidad es la
independencia de Cataluña, que es popular desde que Artur Mas decidió echar un
pulso a Mariano Rajoy y al Gobierno. Este será un trayecto de múltiples
complicaciones porque Mariano Rajoy no ha sabido buscar soluciones a un
problema endémico, que ha llegado al prólogo y el epílogo al mismo tiempo para
consumar principios y fines. Si hablando se entiende la gente, se deduce
que este Gobierno está mudo. Me desmarco de la independencia y del Gobierno
ausente de actitudes de entendimiento y su omisión y, prodigo en
comportamientos que desembocan en la incertidumbre del país. Hay que morir
agotando los recursos de la utilidad de la palabra en busca del pacto que pueda
sellar la voluntad de posturas divergentes y hacer de la alianza la convivencia
en paz. Evitemos pues tentativas que pongan al pueblo al borde del precipicio y
vaciemos el talento en aras de la concordia y al mismo tiempo los depósitos de
gasolina de los tanques.
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