Teresa de Calcuta nos
deja maravillas dignas de tenerlas en cuenta todos los días. Entre ellas nos
advierte de la raíz de todos los males: el egoísmo. Sabía lo que decía. La
necesidad de la comunicación -que algunos deben tomarse nota- como origen del
entendimiento. La felicidad que produce ser útil a los demás, el rencor como
sentimiento que evita que no germine la paz interior, la compresión el cordón
umbilical de la misericordia, el camino recto que evita derrapar, el optimismo
la fuente de la esperanza y el amor el refugio que evita la intemperie.
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