Por lo que se ve y se oye
no hubo fraternalidad en algunos partidos el día de San Blas. ¡Faltaría más! Por
lo que leo ni la Sangre de Cristo se puede beber, sin embargo, sí se puede
hacer uso del pecado mortal de la envidia
que es el certificado de la inferioridad
del envidiado. Hay quien no tiene nada que esconder y refugiados que viven
en el brillo de las sombras. “La envidia
es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento” (JACKSON BROWN).
Siempre hay menesteroros de la política que vivirán el resto de sus días en la indigencia del respeto y la educación.
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