miércoles, 7 de febrero de 2018

UN PAÍS DE CATEDRÁTICOS


Cuando una parte del país está por la labor de la independencia y la ruptura con la nación, me vienen a la memoria algunas palabras del discurso de la segunda investidura de ABRAHAM LINCOLN del 4 de marzo de 1865: la reconciliación y la paz son los cimientos de la democracia y puso empeño y apego a los principios de la libertad y la igualdad. Se le recuerda a este sabio por toda su trayectoria, pero se le honra principalmente por el logro histórico de evitar la división territorial de los Estados Unidos a causa de la guerra civil. Aquí lo que prima es tomarse la justicia por su mano, el desorden, la picaresca y la involución. En estos menesteres este es un país de catedráticos.

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