lunes, 9 de marzo de 2020

MEMORIA


No hay que olvidar el colectivo de parados, desahuciados y la siniestralidad de familias que tiene serias dificultades para subsistir. Este país tiene un altísimo porcentaje de personas en el umbral de la pobreza y un latifundio de gobernantes  en la indigencia de la inteligencia. Menesterosos, indigentes y sin techo forman parte  de una inmoralidad impropia de cualquier tiempo. La dignidad de las personas no es el alojo en la ZAHÚRDA. Las viviendas sociales deben ser, en todo caso, la finalidad de liberar el techo del cielo de vidas que desconocen la gloria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario