martes, 17 de marzo de 2020

UN MOMENTO DE LA TARDE


No sé si escribir esta tarde Kafka, del Moldaba que desemboca en el Elba, de física cuántica, del psicoanálisis de los sueños o de las frustraciones de la vida. Cerrado lo que estaba abierto, me refugio en el estrecho laberinto de mi despacho, donde el pensamiento puede explotar y reivindicar la revolución social, las armas desarmadas, el fanatismo enterrado y el sentido común, la masa madre de la sinrazón. Me acompaña la soledad y el silencio sepulcral invita a viajar al infinito, cuyo trayecto se va forjando letra a letra y renglón a renglón para tratar de alcanzar la gloria que estando lejos, sea la imaginación el elixir de volar sin alas. En esta tarde  de calma y en el pórtico de la estación de la vida, me lleva la memoria a recordar la célebre cita de D. Pablo Neruda, “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”. Curiosamente la estación de la vida, queda hipotecada por la muerte y la primavera seguirá el curso de su vida. Hoy, que el país está sometido al confinamiento, y con el pánico metido en el cuerpo, hay que hacer un hueco para la GRATITUD a los servidores públicos y el despertar tardío del Gobierno.  

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