El 15-M, es la esperanza, de los que todavía viven con ella, y de aquellos que piensan, que un nuevo brote de protesta civilizada, puede tener la repercusión que persiguen. De aquel 15-M, al de hoy, han crecido los problemas, y no han menguado las ganas legítimas, de abanderar esa rebelión con causa. No sé si en la Puerta del Sol, pero en todo caso, donde a la voz del pueblo, no se le pongan candados.
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