miércoles, 11 de abril de 2012

CATEDRÁTICO

Me llama un amigo para decirme, que hace tiempo que no escribo del CATEDRÁTICO, y al margen de considerar que lleva razón, el olvido es un acto reflejo, de lo que tengo presente. Al CATEDRÁTICO hace tiempo que no le escribo, y quiero hoy, pasada la euforia de la tranquilidad de la Semana Santa, dedicarle estos minutos de atención, que ganados los tiene. El CATEDRÁTICO, es un hombre de fe, devoción, y desmedida devoción por sus leales, es así. Pero no dejo de entender que leales, cada día quedan menos, y con estas crisis tan profundas, siempre se cobija uno en la fidelidad, que es una forma de establecer puntos de encuentro. Lo que no tengo muy claro, es, donde están los puntos, y los encuentros. Pero el CATEDRÁTICO, que esta fuera del contexto del mundo burdo, banal, y mediocre, tiene establecida su sede, en la AVENIDA DEL ALMA. No es fácil de encontrar, pero encontrarlo no es difícil. YO LO BUSCARÍA, eso sí, con la lealtad como bandera, sin subterfugios turbulentos, y con rapidez, para que los alumnos, puedan pagar la matrícula, y asistir a las clases. Así se hacen los hombres. Apuntados ya, 315. Enhorabuena

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