Con el eco todavía del plantígrado MITROFAN, abatido en las estepas rusas, por su Majestad el Rey de España, aparece la eclosión y la bulla, del cazador de elefantes, cazado. La imprudencia temeraria, puede tener notables perjuicios, de quienes perjudican la estabilidad de un país en quiebra. Y la Constitución, en su artículo 56-3, protege al Monarca de cualquier tropelía que pueda cometer. Y en ese caso, lo que hay que hacer, es, reformarla. Todo pecador, debe tener su penitencia.
domingo, 15 de abril de 2012
TODO PECADOR DEBE TENER SU PENITENCIA
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Como Dios manda.
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