Con las secuelas del ecopago, de las fiestas privadas de su MAJESTAD, el esfuerzo que pide Rajoy a los ciudadanos, ¿pero todos los días Sr. Rajoy? El triste deambular del Gobierno, y la callada por respuesta del pueblo, dan ganas de exiliarse, y morir extasiado de silencio, y no de otros silencios, que forman parte, del exilio del sentido común. Resulta patético lo de este pueblo, y que bien, pertenecer a otro mundo, que ve, oye, y siente. Qué bien, rebelarse ante lo que acatan los demás. Qué bien, no formar parte del mundo mansurrón y lanar, para vivir con la conciencia tranquila, y no con la tranquilidad que aniquila conciencias.
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