Mi
impresión es la de ver un partido relajado y no consciente de la que se
avecina, hasta diría, que asumiendo la
situación con resignación y,
establecerse en los parámetros de la comodidad es anunciar la derrota. Esa
es la imagen que yo capto desde la responsabilidad de aplicar la objetividad. El arduo dilema que
tiene el PP es la carencia de liderazgo y eso se nota, se ve y se puede
padecer.
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