Cuando vemos el PRESUPUESTO GENERAL DEL ESTADO, nos damos cuenta de que
este Gobierno trata de ponerle al pueblo las horcas caudinas por los tiempos de
los tiempos o, lo que es igual, la eternidad del yugo a los pobres. Y hay pocas cosas que se
puedan ocurrir que no sean el desalojo del poder con el arma de las urnas.
Cuando indignan a propios y extraños, procede el desahucio antes de que en este
país los ciudadanos vayan cayendo entre tumbo y tumbo.
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