jueves, 2 de octubre de 2014

RESPETO



La vida privada no puede ser de audiencia pública ni el conducto ni vía de utilización para laurearse, en el referente de aptitudes más propias del pasado que del presente. La irracionalidad de esos comportamientos son propias de ambulantes de maniqueos y ligerezas varias que definen, de manera clara, a personas antidemocráticas no aptas para la vida política. Utilizar el juego sucio es propio de quien está habituado a vivir entre el charco y la pocilga.

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