Una buena amiga mía me suele
decir, cuando tenemos oportunidad de hablar, que siempre encuentro la palabra
adecuada para que en mis textos comprimidos, deje cierta acidez si se trata del
PP como destinatario de mi misiva. Yo no percibo ese avinagramiento del que
ella habla y si es como ella intuye, seguramente las teclas del ordenador
estarán contaminadas por algún virus
ajeno a mi pensamiento. Pero en todo caso, si quiero decirle a mi amiga que
aunque ella es MIEL, el PP no es una COLMENA.
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