Ramonet llegó al mundo vivo,
inocente y haciendo gala, a temprana edad, del don de la palabra. No está mudo.
“Actúa” por este enjambre de la vida como un “ciudadano” enamorado de las
ondas. Yo prefiero el cabello liso. Le gusta manejar el verbo con destreza,
ironía y flirtea con la retórica hasta
llegar al orgasmo. Es un personaje dotado para transmitir y no infectar con su
vocablo el verso de la vida. Donante de dignidad y generoso en la rebelión
cuando ve como el frío mata y la sociedad permanece congelada. Asistes amigo al
motín de los muertos.
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