Acabadas las fiestas es de
suponer que el PP se ponga las pilas y nos muestre la cara de un futuro que no
termina de abrir la puerta. Lista, equipo de trabajo y menos mamandurrias. Le
cuesta a este partido arremangarse y ponerse el traje de diario. Le gusta
caminar con el paso cambiado y no se habitúa al ritmo que los tiempos exigen.
Agotan lo inagotable, el habitad eterno de misterios sin resolver que apuntan a
lo efímero. Hay que invertir el tiempo en lo productivo y no
en el anhelo de la lisonja. Amparo Folgado debe darse cuenta que es
mejor morirse de éxito continuado que no de laureles puntuales. Para ello se
necesita aparcar el miedo, ser valiente y dar la baja a aquellos concejales
cuya aportación haya sido deficiente y de alta a los que suman y no restan. Tenga
muy presente al que ha sido su bastón en la legislatura que termina, Jorge
Planells.
En la lista del PP puede verse lo que debiera verse. Una apuesta por la incapacidad para recompensar la obediencia de lo inmerecido. Aun asi demasiadas letras ocupan quienes merecen las frases en blanco. Tengo dudas de cual es el futuro en Torrent, pero obviamente por elementales cuestiones no lo observo en el PP. Empieza a terminarse ciertas formas politicas que nunca debieron empezar.
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