A los políticos les viene
grande aceptar la crítica y no digamos a las cortes celestiales que arrastran.
Son incapaces de admitir que son vulnerables al error porque se consideran
dioses. Hay que bajarse del pedestal y caminar por el mundo de las
precariedades porque no todo es atril, buenas palabras y aplauso de los fieles.
No todo es azul en el mundo de la oscuridad ni solo hay rosas en el jardín de
la vida.
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