Mañana entretenida con Inma
Amat como compañera de tertulia. Respetuosa y comedida ha dejado la impronta de la ingeniería del
sentido común en tiempos de sequia del preciado bien. Abierta y sin dobleces
deja el camino sin puertas para aquellos que quieran andar por superficies
rectas. Sin recovecos y con la sutileza en la palabra ha ejercido el dominio de
su libertad y su voluntad. Ha sido un placer.
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