viernes, 3 de abril de 2015

GRATITUD



Cuando en algún post hablo de María José Catalá produce en la santa casa irritación, malestar y taquicardia. Demasiado exagerado e injusto. Seguiré hablando de ella cuando las circunstancias lo requieran pero tampoco quiero que enferme nadie por valorar su capacidad como política. Para lo sucesivo provéanse de medicamentos para evitar las molestias que ocasiono. Que no se me olvide: están porque ella así lo decidió y lo coherente, al margen de que cada uno es libre de opinar lo que estime oportuno, es la gratitud. 

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