La vida política es rica en
despropósitos y algún bochorno se ve sin necesidad de tener que mirar, pero es
el cauce donde se puede pescar la múltiple variedad de dislates. Ahora los
tiempos traen nuevas ideas para dejar a la derecha y a la izquierda en el lugar
que les corresponde. Ahora, no ser de derechas o de izquierdas es ser de la Tercera
Vía, al menos eso leí en algún lugar sin quedarme perplejo porque yo vivo en el
mundo del progreso, pero no en el de la decadencia de la moral.
Solo falta el tren con los viajeros para inaugurar el ferrocarril de
descarrilados de la política. Yo procedo
de una familia de derechas, la vía que no tiene máscara. ¿Pasa algo?
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