El declive del PP es una
evidencia que no admite dudas y serán las próximas elecciones Municipales la
llama del fuego que lo convertirá en cenizas. Aquí, en el pueblo, se pueden
incinerar si el PSOE es capaz de quitarse la boina, pandereta, dejarse la
España de blanco y negro y darse cuenta que vivimos en el año 2015. No tiene
sentido ver a un socialismo haciéndole arrugas a la democracia, sin audacia y,
en todo caso, primitivo. No tiene sentido vender “sentido común” y adolecer de
él.
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