Se ha demostrado que el cáncer del Estado, son las AUTONOMÍAS, que no han sabido gestionar de una forma sostenible el latifundio de sus comunidades. Ese es el agujero donde se asienta la quiebra del país. Y aquellos políticos, que han permitido hacer de las arcas públicas, el holocausto que determina que España necesite la respiración asistida para poder sobrevivir. Pero los políticos no están dispuestos a podar sus prebendas, que son excesivas. Son así de coherentes. Y Sindicatos y Partidos, siguen con las subvenciones para vivir con garantías del bienestar. Mientras, en la Generalidad valenciana, FABRA debe ir incinerando los restos de CAMPS, lo que le permitiría vivir con cierta tranquilidad y desahogo. Y aun así no es fácil mantener la estabilidad, ante tanto desbarajuste. Resistir a las huelgas, no es tarea fácil, pero el que siembra vientos recoge tempestades
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